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Espacio en el que hablar, dialogar, aprender y luchar por la igualdad entre las dos mitades de la humanidad. Lugar para luchar contra el enemigo, el patriarcado, dentro y fuera de nuestras filas y para animar a salir juntas a terminar lo que se empezó hace trescientos años. Busco un mundo paritario donde ser mujer no sea un inconveniente absoluamente para todo.

4/10/2020

Vivir así no es morir de amor

     En estas fechas de confinamiento, estoy releyendo 1984, aprovechando la magnífica versión en asturiano de Xesús González Rato que adquirí hace unos meses. Explica el maestro Orwell cuando habla sobre la neolengua que su finalidad radica en dos aspectos principales: servir de medio de expresión de una mentalidad concreta y eliminar la posibilidad de cualquier otro modo de pensar. El patriarcado lo sabe bien. Fijémonos en estas dos definiciones de "machismo"

  • DRAE: Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón
  • SECO: Actitud de considerar superior al varón. Exaltación de las cualidades que se consideran propias del varón, especialmente la fuerza y la agresividad.

     La primera está extraída de la versión web y la segunda del "Diccionario abreviado del español actual" de Manuel Seco y otros (2000). Ninguno de los dos diccionarios (ni otros) recoge en la entrada de "patriarcado" una acepción que lo defina como sistema de relación desigual en que vive la humanidad, donde una clase privilegiada, los hombres, oprime a otra, las mujeres. Creo que estas definiciones poco acertadas responden no tanto a lo que realmente designa el uso de esos términos como al uso que se querría que tuvieran, ocultando así una realidad mucho más compleja y cruel. 

     Esa realiad a la que me refiero está manchada de sangre y dolor: ya van 34 mujeres asesinadas por ser mujeres (fuente: feminicidio.net) en lo que va de año al momento de escribir estas letras. Con respecto a esto solemos corear un lema en manifestaciones, e ilustrar con él pancartas y carteles: el machismo mata. Conviene puntualizar esta afirmación y, quizá, con ello pueda parecer que rompo una pequeña lanza en favor de los lexicógrafos (masculino entendido como masculino, no como genérico) no tan errados.

     Veamos. Ya que tanto menciono la realidad, me explico con una situación habitual: cuando una mujer heterosexual se plantea embarcarse en una relación de pareja no piensa que su vida está en peligro, pero, si lleva puestas las gafas moradas, sabe que comienza un período de lucha por mantener sus derechos individuales y poder tener una relación en relativa iguadad con el macho. Surgen muchas dudas, entre las que reina una: ¿merecerá la pena? Eso depende de cómo veamos y entendamos las actitudes dentro de la pareja.

     El principal problema no es si tendrá una relación machista o no, sino que reside en que quizá sí debe pensar que su vida está en peligro. Pero, ¿por qué no lo piensa? Porque el patriarcado es un sistema muy fuerte que funciona siempre, es decir, un engranaje cuyas piezas encajan perfectamente y, si una se rompe o se desplaza, las otras se reajustan para que el sistema siga funcionando. En esta estrucutura de la que estoy hablando, tras el avance del feminismo, se hace muy necesaria la neolengua y su perfecta manipulación de mentalidades.